LUMBALGIA: CAUSAS, ALERTAS Y RECOMENDACIONES PARA EVITARLA

LUMBALGIA: CAUSAS, ALERTAS Y RECOMENDACIONES PARA EVITARLA


Un docente de la carrera de Terapia Física de la UTP explica cómo identificar el origen del dolor lumbar y qué medidas tomar para aliviarlo o prevenirlo.
El dolor lumbar, o lumbalgia, es una de las afecciones más comunes en la población adulta, limitando la movilidad y afectando la calidad de vida. Según el coordinador académico de la carrera de Terapia Física de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), Alessandro Mori, se trata de un problema de salud que no debe subestimarse y que lo primero que debe hacer quien lo padezca es acudir a un especialista para un diagnóstico. «Muchos pacientes recurren a la automedicación o remedios caseros, pero solo un profesional puede determinar si se trata de una simple contractura o de algo más complejo como una hernia discal», advierte.
Una vez identificada la causa, el tratamiento debe estar siempre supervisado por un terapeuta físico calificado, especialmente si el dolor persiste o empeora. «La terapia sin orientación profesional puede agravar el problema en lugar de solucionarlo», enfatiza Mori.
Causas y síntomas: más allá de un simple dolor
El especialista señala que el sedentarismo y la mala postura son causas recurrentes. «Permanecer horas sentados sin movimiento o con una posición inadecuada genera rigidez y dolor al levantarse», explica. Sin embargo, advierte que la debilidad muscular, especialmente en abdomen y espalda, también contribuye, manifestándose con fatiga o molestias al cargar peso.
Por otro lado, condiciones como hernias discales o artrosis requieren atención específica. «Un dolor intenso que se irradia hacia las piernas, acompañado de hormigueo, sugiere compresión nerviosa», detalla Mori. En cambio, si el malestar es profundo y empeora al estar de pie, podría tratarse de desgaste articular.
Cómo diferenciar entre dolor muscular, nervioso o articular
Identificar el tipo de dolor es crucial para saber qué ocurre. Mori aclara que las molestias musculares suelen ser localizadas, mejorando con reposo o calor. En contraste, el dolor nervioso, como la ciática, es punzante y se expande, agravándose al sentarse o toser. «Si el paciente siente ardor o adormecimiento, es probable que haya afectación neurológica».
Las articulaciones, por su parte, provocan una molestia profunda que aumenta con el movimiento prolongado. «La clave está en observar cómo reacciona el cuerpo ante distintas posturas», recalca el experto.
Aunque muchos casos se manejan con cuidados básicos, Mori insiste en no ignorar ciertos síntomas. «Fiebre, debilidad repentina en las piernas o dolor nocturno que no cede son señales de alerta», advierte. Estos podrían indicar infecciones, fracturas, especialmente en adultos mayores.
Además, recomienda buscar ayuda urgente tras un trauma reciente, como caídas o accidentes. «En personas con osteoporosis, el riesgo de fractura vertebral es alto y requiere evaluación inmediata», subraya.
Manejo en casa y opciones terapéuticas
Para casos leves, el coordinador sugiere reposo relativo, analgésicos y estiramientos suaves. «Si el dolor persiste más de una semana sin mejora, es necesario consultar a un especialista», indica. Terapias complementarias como acupuntura o masajes pueden ser útiles, pero destaca que «deben integrarse con ejercicio y corrección postural para resultados duraderos».
Mori enfatiza también que la lumbalgia suele reaparecer si no se abordan sus causas. «Profesionales como administrativos, personal de salud o conductores son más propensos por sus rutinas», comenta. Para evitarlo, recomienda actividad física regular, fortalecimiento muscular y pausas activas durante la jornada laboral.
«La espalda es el pilar del cuerpo; cuidarla exige hábitos conscientes y atención profesional oportuna», concluye el especialista. Mori recalca que ante cualquier dolor lumbar persistente, la consulta médica no es opcional sino necesaria, pues un diagnóstico temprano puede evitar complicaciones futuras y garantizar un tratamiento adecuado.

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